Historia regional y local del Valle del Tuy

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Instrucción general y particular del estado presente de la Provincia de Venezuela en los años de 1720 y 1721

Por: Pedro José de Olavarriaga

     La obra Instrucción general y particular del estado presente de la provincia de Venezuela, en los años 1720 y 1721, fue escrita por Pedro José de Olavarriaga, quien por orden del virrey del Nuevo Reino de Granada, a quien presentó con fecha 12 de noviembre de 1721 su obra, la cual resultó determinante para el establecimiento, años más tarde, de la Compañía Guipuzcoana en Venezuela.

     Es un importante documento de análisis de la situación económica de la Venezuela de inicios del siglo XVIII, su objetivo principal era el de presentar una investigación minuciosa de las posibilidades, que poseía Venezuela en aquel entonces, para establecer negociaciones entre la Compañía Guipuzcoana y la Corona Española. Algunos historiadores y estudiosos de la economía venezolana afirman que es la primera obra realizada en Venezuela con un rigor científico, ya que aporta importantes datos estadísticos y económicos, así como de la situación política, militar y de comercio, tanto interna como externa de la llamada Tierra de Gracia.

     El autor presenta interesantes datos estadísticos y de producción de las distintas haciendas de Venezuela y en especial del Valle del Tuy, incluso introduce listados con los nombres de los propietarios de cada una de las mismas, plasmando cual era el nivel de importancia y de participación de este valle a la economía de la provincia, en uno de sus capítulos expresa: (más…)

Padre Marcos Reyes Cueto

Compilado Por: Juan M. Carrasco D.

Padre Marcos Reyes Cueto

“Para que edifiques y siembres” fue la base de su labor como refundador 

LUCITEÑOS TIENEN EN EL PADRE MARCOS REYES CUETO

UN EMPRENDEDOR Y BENEFACTOR EJEMPLAR

            Paz Castillo. El pueblo que hoy en día conocemos bajo el nombre -y protección- de Santa Lucía, en los Valles del Tuy, fue el producto de un proceso sucesivo de traslados poblacionales que comenzaron el 23 de enero de 1621 en las inmediaciones de la primitiva ciudad de Santiago de León de Caracas, como parte del sistema de organización social impuesto por la España Imperial, conocido como “encomiendas”.

            Se conocen dos núcleos poblacionales previos al asentamiento actual, el primero ya descrito, comenzado en 1621, y el segundo realizado a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, en lo que se conoce hoy día como “Zona Histórica de Macuto”: un conjunto de evidencias físicas constructivas y arqueológicas que son los restos de la 2da fundación de Santa Lucía, de principios de 1700, donde se pueden observar las ruinas de una “ermita” rudimentariamente hecha y un cementerio indígena, a orillas del Río Guaire.

            Este segundo asentamiento poblacional se conformó posiblemente -y esas son las hipótesis de los historiadores- con pobladores aborígenes de la antigua encomienda de Santa Lucía, provenientes de las montañas de Turgua (donde se había fundado el pueblo en 1621), los cuales huyeron del primigenio lugar víctimas de plagas, las inclemencias del clima del lugar y el terreno montañoso, desplazándose hasta este valle a través del Río Guaire de entonces.

Padre Marcos Reyes Cueto, refundador

           El lugar actual y el aspecto que aún conserva esta población se deben a la iniciativa de un sacerdote, el Padre Marcos Reyes Cueto, cuyo propósito, desde el momento mismo en que se encargó de esa parroquia a partir de 1749, fue el de transformar el pobre asentamiento a orillas del Río Guaire, en Macuto, desordenadamente distribuido en un lugar insalubre, en un ordenado poblado, digno de tal nombre, con calles rectas, plaza e iglesia, bien dotada y adornada.

            Tal y como lo dice el investigador venezolano Álvaro García Castro, “el esfuerzo que este hombre emprendió, lo llevó a ir más allá de la mudanza y construcción mismas, tareas ya de por sí extraordinarias, para prever el crecimiento de la población, el ingreso de nuevos habitantes y los medios de subsistencia de los mismos y de su iglesia. Al seguir la trayectoria de su vida, podemos reconocer en él una personalidad benigna y serena, pero al mismo tiempo emprendedora, con las mejores cualidades del planificador y administrador ejemplar de recursos”.

          El Padre Reyes Cueto se convierte entonces, desde el 13 de diciembre -fecha de la patrona que da nombre al poblado- del año 1749, en el párroco de esta doctrina de indios, y que gracias a las labores emprendidas por él para su traslado al sitio actual, logra dar un salto desde su condición de “encomienda” a la de “pueblo mixto”, siendo planificado en el más mínimo detalle, desde sus calles, sectores para siembra, donaciones de terrenos ad aeternum para los más desposeídos e iglesia hasta los sistemas de riego para el progreso y feracidad de los cultivos.

            Este sacerdote dedicó toda la mitad de su vida a dejar en esta tierra una “obra de Dios”, muy importante como ejemplo en los tiempos modernos, desde el punto de vista del desprendimiento material y el amor por los más necesitados.

Nacimiento y formación

            No se conoce a ciencia el día de nacimiento del Padre Marcos Reyes Cueto, pero según la “Cronología” de Santa Lucía, compuesta por el historiador García Castro, nació en el año de 1708 (su partida de bautismo, según la manera de la época, sólo indica la fecha de ese acto religioso: 11 de Julio de 1708) en la ciudad de Caracas, de padre español -cordobés- y madre de origen también español, pero nacida en la ciudad de Porlamar, en la actual Nueva Esparta, y poseedora de uno de los apellidos más antiguos de la isla:

“Oy miercoles onse de julio de mil septescentos y ocho yo Santiago de la parra Clerigo Presbytero con lisencia de los señores curas baptizé puse Santo oleo y chrisma y di bendiciones a Marcos Joseph, hijo legitimo de Fran.co de los Reyes y de Maria de Robles y p. q conste lo firmo Ut Supra (Fdo) Santiago de la Parra”

 

(FUENTE: Archivo de la Catedral de Caracas (ACC). Libro 8 de Bautismos, folio 41. Transcripción respetando el castellano de la época)

            De su juventud no se sabe nada, pero se puede inferir, a través de sus propios documentos y sus actuaciones como presbítero, que fue educado dentro de un ambiente de de rectitud y valores cristianos. García Castro señala que “ingresó en el Seminario de Santa Rosa, de Caracas, donde cursó la carrera literaria y se graduó como Bachiller en Filosofía, ordenándose sacerdote. Su título oficial era el de Presbítero y Bachiller”.

            Cueto comienza su ministerio como teniente cura y cura del pueblo de San Sebastián de Los Reyes  (Guárico), luego pasa a la ciudad de San Carlos de Austria (Cojedes) como teniente vicario y juez de diezmos. De allí pasó a la población de Guaiguaza, cerca de Valencia, donde ejerce el curato y capellanía. Desde allí hace oposición para optar al curato del pueblo de indios de Nuestra Señora de Copacabana de Guarenas, cargo al que logra ser promovido en 1736.

Diligencias para refundar el pueblo

            Ya a mediados de 1739, y después de vivir ciertas vicisitudes de orden legal durante su estadía en Guarenas como cura, por defender a los aborígenes de origen mariche de la ocupación ilegal de sus tierras de labranza, estaba fundando una hacienda en las inmediaciones de Santa Lucía, y se interesaba mucho por el estado de los primigenios pobladores de ese poblado.

            Frecuentemente se encarga de Santa Lucía como cura interino, y el 24 de septiembre de 1747 realiza un bautizo “como cura interino deste valle de Santa Lucía”. En 1749 renuncia al curato de Guarenas y solicita le sea conferido el de Santa Lucía, el poblado disperso en lo que conocemos como Alto de Macuto.

            El 13 de diciembre de ese mismo año, día de nuestra patrona, con alegría, recibe la “santa iglesia”, encargándose casi de inmediato en hacer las diligencias necesarias para trasladar el poblado a un nuevo lugar, más apto para el progreso y crecimiento de la ciudad. Promueve a su propia costa la agricultura, a través de sistemas eficientes de riego para los cultivos y una acequia; realiza el trazado de cuadras y calles; impulsa el comercio y el establecimiento de nuevos pobladores; y todo ello con la iglesia parroquial como centro y motorizador de toda su obra.

            Esta es la última refundación de Santa Lucía y la que hoy en día permanece y lucha por seguir adelante la enseña de este sacerdote ejemplar: “para que edifiques y siembres”.

            Reyes Cueto fallece en el año de 1773, a la edad de 65 años, en su hacienda de Las Plazas, que llamó “Santa Águeda”, no sin antes dejar todo dispuesto para que dicha hacienda sirviera de manutención para el templo y pueblo recién fundados. Sus restos descansan en nuestra Iglesia Parroquial, en un tramo de la antigua Capilla de la Caridad, actual Capilla del Santísimo y pasillo de los Santos, al lado derecho del templo que gracias a él vio la luz y dio luces al pueblo que tanto amó.

“Mientras más Pueblos, más ministros, más cárceles, más justicias repartidas. Y si todo esto es el Rey, luego mientras más Pueblos, más crece el Rey y su respeto. ¿Quién le da fama a una provincia? El Comercio. ¿Y el comercio quién lo descubre y facilita? Los Pueblos. Pues haiga Pueblos y tendrá la provincia fama, riqueza y comercio; auges en verdad de su señor y Rey.”

Marcos Reyes Cuetto, 1749

 

BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA CASTRO, Álvaro. Cronología de Santa Lucía 1560 – 1749 – 1821. Publicación de la Alcaldía de Paz Castillo, 1995.

GARCÍA CASTRO, Álvaro. El Presbítero y Bachiller Marcos Joseph de los Reyes Cuetto y Robles: refundador, constructor y Benefactor de la población de Santa Lucía, Estado Miranda. Ensayo biográfico. Documento inédito.