Historia regional y local del Valle del Tuy

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LINO GALLARDO

Por: José R. Méndez F.

Lino Gallardo.

     Nació en Ocumare del Tuy, probablemente en 1773 y murió en Caracas el 22 de diciembre de 1837. Lino Gallardo se destacó como compositor de canciones patrióticas, director de orquesta y ejecutante del violín, violonchelo y contrabajo. Fue discípulo de Juan Manuel Olivares en la Academia de Música de Caracas que fundara el Padre Sojo en 1874 (Pedro Ramón Palacios y Sojo, tío de Simón Bolívar). El sitio de reunión era la Hacienda La Floresta, del padre Sojo (hoy Urbanización La Floresta) y en la Hacienda San Felipe, del padre García Mohedano (hoy La Castellana) y en los terrenos de Bartolomé Blandín (que hoy son el Country Club), tierras para entonces de cultivo, ubicadas en torno al pueblo de Chacao, actualmente parte de Caracas.

     Fue un grupo de músicos de altísima calidad dedicado a cultivar el repertorio religioso con personalidad propia, aún cuando haya recibido alguna influencia de Pergolesi, Scarlatti, Haydn y Mozart. Integrado entre otros por Bartolomé Bello (el padre de Andrés Bello), José Francisco Velásquez, José Angel Lamas, Juan José Landaeta, Cayetano Carreño (hermano de Simón Rodríguez), Lino Gallardo, José Francisco Velásquez, Pedro Nolasco Colón, Juan Francisco Meserón, Atanasio Bello Montero (empresario musical, entusiasta difusor de grandes óperas y composiciones europeas del primer tercio del siglo XIX), José María Izasa (socio de Bello Montero en La Compañía) y José María Montero. En los quince años que más o menos duró esta Academia, salieron de allí algunos de los más grandes músicos que hemos tenido. El más celebrado entre ellos fue José Angel Lamas, autor de la más conocida pieza de música sacra: “Popule Meus”. Otros distinguidos discípulos de la Academia del Padre Sojo fueron Marcos Pompa, Pedro Pereira, Mateo Villalobos, Dionisio Montero y muchos más.

     Se resintió seriamente la salud del Padre Sojo, lo que lo indujo a firmar el 17 de junio de 1799 su testamento, según el cual legaba a Juan José Landaeta «el violín y la viola que tiene en su poder», y a Lino Gallardo el violoncello, por ser estos sus más “destacados alumnos”.

     El 26 de diciembre de 1794, Gallardo contrajo matrimonio con María del Carmen Araujo y al enviudar se casó con María Catalina Pereira, el 30 de abril de 1799.

      Juan José Landaeta, quien hasta ahora se ha tenido como el autor de la letra del Himno Nacional de Venezuela nace el 10 de marzo de 1780. Landaeta compuso algunas obras de carácter religioso, como “Benedictus” y “Pésame a la Virgen”. Perteneció a la clase social de los pardos y desde el comienzo de la revolución manifestó sus simpatías por la causa independentista. Así, se le vio entre los conspiradores del 19 de abril de 1810. Esta misma pasión revolucionaria lo llevó a componer varias canciones patrióticas, entre ellas una con motivo de la instalación del primer Congreso de Venezuela, en 1811. La letra comenzaba con la frase «Gloria, americanos».

     Se ha tenido hasta ahora a Juan José Landaeta como autor de la música del Himno Nacional de Venezuela, pero no ha aparecido ningún documento que dé validez a esta aseveración. Sólo existe la tradición oral, ya que ni siquiera Guzmán Blanco al decretar el «Gloria al Bravo Pueblo» como Himno Nacional, mencionó en el decreto a los autores. En cambio, hay más posibilidades de que sea Lino Gallardo el autor de la música patriótica. Dicho decreto, expedido en Caracas el 25 de mayo de 1881. Dice así, en la parte pertinente: 

«Considerando:

1o.: Que debe perpetuarse en la memoria de los venezolanos todo lo que en la época de nuestra emancipación política contribuyó a la realización de sus triunfos.

2o.: Que el Himno Nacional, conocido con el nombre tradicional de Gloria al Bravo Pueblo, fue el canto patriótico con que los hijos de la Gran Colombia celebraban sus victorias y se alentaban en la adversidad:

Decreto: Artículo

1o.: El Himno: Gloria al Bravo Pueblo, se declara Himno Nacional».

Por encargo del Presidente Guzmán Blanco, el Dr. Eduardo Calcaño valioso compositor y músico, cumplió idóneamente la tarea de fijar el texto musical del Himno, lo cual hizo conservando la brillantez marcial de la melodía, sin pretender alterarlo ni darle otra expresión.”

     Landaeta, como buen patriota, fue perseguido por los realistas apenas cayó la primera República. Hecho prisionero, pudo salir al regresar Bolívar a Caracas, en 1813. Acompañó al Libertador en la penosa emigración a Oriente, en 1814, pero con mala fortuna, pues fue apresado y fusilado por Boves en ese mismo año.

   Gallardo compuso la música de la Canción americana, escrita años antes por los conjurados de 1797 y estuvo comprometido en las conspiraciones de 1808 y 1810 y fue miembro de la Sociedad Patriótica. Después de la caída de la Primera República (julio de 1812), fue apresado en las bóvedas de La Guaira por sedicioso (15 de diciembre de 1812). En 1818, bajo el régimen realista, fundó la Sociedad Filarmónica de Caracas, que era escuela de música y sociedad de conciertos a la vez; Gallardo fue el director de la orquesta de conciertos, director y profesor en la escuela. El 9 de agosto de 1824, fue nombrado maestro mayor de música de Caracas.

     Gallardo fue amigo y compadre de Simón Bolívar y este le compensó de su actuación al lado de los patriotas, nombrándolo “Fiel de peso” en la aduana de La Guaira (1827). A Lino Gallardo se le atribuye, si no la música, al menos su participación en la canción patriótica Gloria al Bravo Pueblo, que en 1881 fue decretada Himno Nacional. Investigaciones del estudioso de la historia de la música, Alberto Calzavara, han replanteado el tema de la posible autoría de la música de dicha composición por parte de Gallardo.

    Nuestro Himno Nacional, más que un canto revolucionario, fue un grito de solidaridad al Rey de España, ya que surgió como un canto emocional del 19 de abril de 1810, que como se sabe, fue cuando la oligarquía caraqueña declaró su fidelidad al rey de España, creando la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII.

     Se dice que el autor de la letra del “Gloria al Bravo Pueblo” fue el médico y poeta Vicente Salias, quien en un momento de euforia improvisó la canción en una de las sesiones de la Sociedad Patriótica, nacido en Caracas el 23 de marzo de 1776; era poeta y escritor, además de médico. Fue fusilado en el castillo de Puerto Cabello el 17 de septiembre de 1814, en momentos en que Bolívar sufría su segundo exilio rumbo a Cartagena. El mejor estudioso de la vida de Salias, José Rafael Fortique, lo confirma. Aunque tradicionalmente se ha escrito que la improvisación de Salias se produjo en el seno de la Sociedad Patriótica de Caracas, esto no parece probable, pues aquel canto patriótico existía ya a fines de abril o muy a comienzos de mayo de 1810, en tanto que la Sociedad Patriótica sólo inició sus actividades a partir de diciembre de ese año.

     Después de los sucesos del 19 de abril de 1810 el intendente de Ejército y Real Hacienda Vicente Basadre, fue apresado por las nuevas autoridades y recluido en el castillo de San Carlos de La Guaira, hasta su expulsión el 5 de mayo siguiente. Durante esos días que iban del 19 de abril al 5 de mayo de 1810 (decía Basadre en un informe escrito el 4 de julio, al llegar a Cádiz), los «caballeros mantuanos» que le custodiaban en el castillo día y noche por turnos, le dijeron que «…en todos los pueblos se habían compuesto canciones alegóricas alusivas a la libertad, a la independencia…» El funcionario español recuerda con indignación en Cádiz algunas de las canciones que oyó o leyó poco antes en La Guaira: «Pero lo más escandaloso fue las canciones alegóricas que compusieron e imprimieron de su independencia. Convidaban a toda la América española para hacer causa común, y que tomasen a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones». Estas palabras de Basadre son una paráfrasis bastante exacta de la tercera estrofa de la canción patriótica de 1810, convertida en 1881 en Himno Nacional: 

«Unida con lazos

que el cielo formó

la América toda

existe en Nación;

y si el despotismo

levanta la voz

seguid el ejemplo

que Caracas dio».

     Con letra de Salias y música de Landaeta o de Gallardo, pues los 3 se hallaban en Caracas entonces, el Gloria al bravo pueblo data de los días que siguieron al 19 de abril de 1810. No fue la única canción patriótica de esa época, pues también estuvo entonces en boga la que comenzaba: «..Caraqueños, otra época empieza…», con letra de Andrés Bello y música de Cayetano Carreño. Pero fue el Gloria al bravo pueblo el canto que tuvo mayor aceptación y más rápidamente se popularizó; tanto llegó al corazón del pueblo, que se arrullaba a los infantes para dormirlos con el “Duérmase mi niño…” con la música del Himno Nacional, lo cual también servía como contraseña ante cualquier circunstancia.

     Uno de los compañeros del canónigo José Cortés de Madariaga en su misión diplomática a Bogotá (que salió de Caracas en diciembre de 1810) se lo había aprendido, y ya al regreso, el 18 de junio de 1811, mientras navegaban el río Meta abajo, tomó «…la flauta para ejecutar la canción de Caracas, Gloria al bravo pueblo, etc., y al resonar el suave instrumento unieron sus voces los que sabían la letra…»; así escribía, emocionado, Cortés de Madariaga en el Diario que llevaba durante el viaje. No sólo el flautista aficionado sabía la música, sino que varios de sus compañeros conocían también la letra. Aunque no hay constancia expresa de ello, es probable que el Gloria al bravo pueblo hubiese sido ejecutado y coreado en Caracas el 19 de abril de 1811, cuando se conmemoró el primer aniversario de la revolución de 1810 con la participación de varias orquestas dirigidas por músicos-compositores como Juan José Landaeta, Cayetano Carreño, Lino Gallardo, José María Cordero, entre otros.

     Juan Vicente González, refiriéndose a la época de la Primera República, escribe que «…el inspirado Gallardo hacía resonar las calles con la Marsellesa venezolana…», aludiendo así, muy probablemente, al “Gloria al bravo pueblo”. Mientras que algunos historiadores afirman que la música no es Juan José Landaeta sino del músico ocumareño Lino Gallardo; no sólo por la tradición oral de la familia Gallardo, sino por el testimonio de numerosos personajes de la época, que dan fe que la música del Himno la escribió este fervoroso patriota y que, además, porque su nombre aparece en partituras antiguas, lo que no ocurre con Landaeta.  

     Pasado el período de la Independencia, el canto revolucionario siguió prendido en la mente del pueblo y se convirtió, por común aceptación, en la «canción nacional» aunque careciese de sanción oficial. El manuscrito de su música más antiguo que se conoce corresponde a mediados del siglo XIX, según el historiador José Antonio Calcaño, quien lo reproduce en su libro “La ciudad y su música”. En él no se menciona autor, pero figura como título lo siguiente: «núm. 1.- Violín. Canción Nacional. Gloria al bravo pueblo. Paso redoblado».

     Este notable músico que ejecutaba con maestría el violonchelo, murió en Caracas el 22 de diciembre de 1837. Se dice, que su hija menor, Francisca de Paula, quemó todas las partituras de las obras compuestas por Gallardo, en protesta contra Guzmán Blanco, de quien era enemiga, al decretar éste, el 25 de mayo de 1881, la canción de su padre como Himno Nacional de Venezuela. Se cuidó mucho el Presidente Guzmán de no nombrar en su Decreto a los autores del Himno, gracias a lo cual todavía se polemiza y se trabaja en busca de la verdad.

     De las seis naciones que fueron liberadas por el Libertador (Colombia, Venezuela, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia), sólo las de Bolivia y Colombia hacen mención del Padre de la Patria, Simón Bolívar, mientras que Venezuela, cuna del Libertador, en su Himno Nacional, en sus tres estrofas y coro, para nada hace mención de tan ilustre venezolano.

HIMNO DE LA REPÚBLICA DE BOLÍVIA

Esta tierra inocente y hermosa   

que ha debido a Bolívar su nombre   

es la patria feliz donde el hombre  

goza el bien de la dicha y la paz

HIMNO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Bolívar cruza el Ande

que riegan dos océanos,

espadas cual centellas

fulguran en Junín.

Centauros indomables

descienden a los llanos,

y empieza a presentirse

de la epopeya el fin.

     Quizás algún día, cuando el bolivarianismo, más que una organización política de moda hoy y tergiversada, sea una energía que revitalice el espíritu de lucha por la justicia y la libertad de los pueblos de América, en el Himno Nacional de Venezuela se incluya la estrofa poética de Pablo Neruda:

“Yo conocí a Bolívar una mañana larga,

en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,

Padre, le dije, eres o no eres o quién eres..?

Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:

Despierto cada cien años

cuando despierta el pueblo»

Partitura del Himno Patriótico de Venezuela, Música de Lino Gallardo y letra de Andrés Bello López.

Fuentes consultadas:

• Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Venezuela.

• Gran Enciclopedia de Venezuela. Caracas: Editorial Globe, 1998.

• Biografías de la Biblioteca Nacional (Jorge Mier Hoffman)

• Himno Nacional, por: Manuel Pérez Vila.

BLAS PAZ DEL CASTILLO PADRÓN

Por: Juan Ramón Ávila.

     Vio la luz por primera en Caracas, el 18 de noviembre de 1780. Sus padres: Blas Francisco de la Paz y Castillo y de Juana Isabel Padrón. Sus Hermanos: Tomás, María Josefa y Juan. El primero llegó a ser Alcalde en el Cantón de Santa Lucía, 1.840. La segunda, llegó a ser monja con el nombre de Sor María de los Ángeles, en Baruta, ingresando al  Convento de Religiosas Carmelitas en 1790, reconocida como la primera poetisa venezolana produciendo  entre sus obras “Anhelo” y “Terremoto”,  en homenaje al fenómeno telúrico del año 1812. El tercero, también fue prócer, Capitán de las Milicias Reales, cuando se instaló la Junta Soberana de Caracas en 1.810, en mayo de 1.812 fue gobernador de Caracas.

BLAS PAZ DEL CASTILLO PADRÓN.

     Dentro de sus actividades… abrazó la carrera militar, llegando al grado  de Capitán de Infantería. Blas, se casó con su prima Manuela Machado de Orta en 1.809. El 19 de abril de 1.810 pasó como Oficial del Batallón de Milicias Blancas de Caracas. Tuvo posesiones en el Valle de Santa Lucía.

   Fallece trágicamente en la Batalla de Urica2, donde mandaba la Infantería  y celebraba junto a otros bravos patriotas un fiero combate contra José Tomás Boves, quien comandaba las fuerzas españolas, allí entrega su alma a Dios el 5 de diciembre de 1.814. Tenía escasos 34 años de edad.

   Cuando se conoció su trágico fin, el Libertador Simón Bolívar aplaudió su conducta y lo ascendió posmorten al grado de Teniente Coronel, con el que ha pasado a la historia, pero su sacrificio no fue en vano, pues al final de Boves dio paso a la libertad de Venezuela.3

    El poeta F.A. Díaz de la hermana República del Ecuador le compuso a los héroes de Urica este bello soneto:

    Al frente de sus filas Paz Castillo sin otra perspectiva que la muerte, huir en fuga vergonzosa advierte al jinete sin orden ni caudillo.

   “Oh cara libertad, si el tosco lorillo mi planta ha de arrastrar, si he de perderte mil veces yazga, en este campo inerte, antes que empañe de mi honor el brillo, dijo: y blandiendo el rutilante acero opone el pecho a la enemiga pica, de los suyos siguiéndole el postrero…

Todos murieron ¡Y la fama indica de un lado a Boves, en la muerte fiero y del otro, a las víctimas de Urica!

Referencias:

1. Cuadernos de Historia Regional. Baruta. Gente de Baruta Colonial. Gobierno del Estado Miranda. Pág. 20 al 22.
2. Diccionario del Estado Miranda. Telasco A. Mac Pherson. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, 1988. Págs.. 396-397.
3. El Ecuador Profundo. Tomo I. Rodolfo Pérez Pimentel. Págs. 429 año 432.
4. Símbolos de Miranda. Elías Enrique y Evelyn Escalona. Fotografía de Blas Paz Castillo. Pág. 46.Final del formulario

CRISTÓBAL ROJAS SU VIDA

Por: investigaciones TUCUY.

CRISTÓBAL ROJAS.

     Nace en Cúa (La tradición indica la Calle San José) Estado Miranda el 15 de diciembre de 1858. (No se encuentran registros de nacimiento en los libros parroquiales de Cúa). Algunos revelan el 14 de diciembre de 1858, en Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar,   indica el 15 de diciembre de 1857. El Cronista de Cúa (Don Adolfo Angulo Pérez) nos dice que nació el 14 de Diciembre de 1858

SUS PADRES:

     El Dr. Cristóbal  Rojas Acosta   (médico)  y doña  Alejandra Poleo de Rojas Su padre muere en 1870 y se ha tejido toda una leyenda sobre la situación de miseria en que quedó la familia Rojas Poleo, después del fallecimiento del Dr. Cristóbal Rojas A.

LA FAMILIA ROJAS:

     Don Arístides Rojas en   su estudio” el ÚLTIMO EXPEDICIONARIO” nos relata algunos aspectos de la Genealogía del eximio pintor cueño: “En los años corridos entre 1730 a 1740 llegó a Caracas como empleado de la  Compañía  Guipuzcoana  Don  Francisco  Antonio  Vásquez  de  Rojas oriundo de Granada, quien usaba el título de  “Escribano Público de la Costa Firme del Mar Océano”, padre del sacerdote del mismo nombre, quien antes de abrazar la el estado eclesiástico, fue casado y hubo de su matrimonio un hijo de nombre Marcos José, amigo de la infancia de Simón Bolívar, el Libertador. El hijo de Marcos José, llamado José Luís, abuelo del pintor, fue uno de los expedicionarios de la Expedición Bolivariana de Ocumare, donde por poco muere el Libertador”. 

     La familia del pintor Cristóbal Rojas no era tan pobre como muchas veces se afirma, la situación de las guerras había llevado el país a un estado de ruina,  donde  lo  normal  era  ser  pobre,  sin  embargo  su  bisabuelo  era descendiente  de  viejas  familias  coloniales  y  luchó  en  la  guerra  de Independencia,  al lado del Libertador. Su abuelo José  Luís Rojas  fue escultor, de fama, hoy todavía existe en la Iglesia de Turmero un Cristo tallado por el abuelo del pintor. Quien casó con Mercedes Acosta, una hermana del Dr. y General Elías Acosta, una de las familias más ricas del Tuy. El Dr. Cristóbal Rojas Acosta, hacia el año de 1.844 estudió en el Colegio Independencia de Don Feliciano Montenegro y Colón, en la ciudad de Caracas., en donde fue condiscípulo de Antonio Guzmán Blanco, Federico  Uslar,  Arístides  Rojas,  Juan  Vicente  Camacho,  sobrino  del Libertador. Se graduó de médico en la Universidad   de Caracas en 1.852. En 1.860 revalidó su título en Santo Domingo, donde vivió hasta 1.866 en que regresa nuevamente a Cúa, donde ejerce su profesión hasta 1.870, año en que muere.El pintor Cristóbal Rojas y su familia viven en esta población hasta el año de 1.878, en se mudan a Caracas y Cristóbal inicia sus estudios formales de pintura. 

Autorretrato de Cristóbal Rojas.

EL TERREMOTO DE CÚA:

     La familia Rojas Poleo se traslada a Caracas después del terremoto de 1878, Cristóbal Rojas tiene 20 años, su situación económica no es buena y tiene que realizar oficios distintos   a su vocación para sobrevivir, sobre todo en su condición de hijo mayor y sostén de la familia. En Cúa su inicio como pintor responde a una pura afición instintiva, a la necesidad de expresarse, sin guía, ni maestro. En la Casa Parroquial de Cúa existía o existe una obra de ese período, la cual fue retocada por otros aficionados, (Un retrato de Fray Blas Gines) bien valdría la pena rescatar del olvido y llevarlo a su estructura pictórica original.

INICIO DE SU FORMACION:

     Rojitas  como  le  llamaban  cariñosamente  en  su  círculo  de  amigos,  es contratado por el pintor Antonio Herrera Toro, como su auxiliar en la decoración de la Catedral de Caracas, para dignificarla con motivo del Centenario del natalicio del Libertador. Herrera Toro, recién acababa de regresar de París, observó en Rojas su talento potencial en obras  como Las “Ruinas del Templo de Cúa”, después del terremoto, “Calles de Cúa”, El Templo de la Merced. Caracas”. Por primera vez logra Cristóbal Rojas estar en contacto con un trabajo relacionado a su vocación de pintor y empezar  su  aprendizaje  formal.  Se  entusiasma    con “Exposición  de Centenario” donde se convoca a los pintores de la época a participar.

     Cristóbal Rojas escoge un tema altamente dificultoso, por los problemas técnicos aún no manejados por él. “La Muerte de Girardot”. Solo el talento de Rojas logró superar las deficiencias técnicas. En el Salón de pintura, uno los mejores realizado en la Venezuela del siglo XIX, se presentaron obras como “La Firma del Acta de la Independencia” de Don Martín Tovar y Tovar, lienzos de Antonio Herrera Toro, de José Manuel Maucó entre otros y de un joven pintor, tan desconocido para la época como Rojas, llamado Arturo Michelena y quien venía de Valencia. La obra de Cristóbal se destacó y dio por primera vez al pintor el sabor de la fama Medalla de Plata, el Estado Venezolano adquiere la Obra, la cual se puede ver hoy en el Museo Bolivariano de Caracas, obtuvo un premio Dos mil pesos de la época, unos tres mil dólares actualmente, con ese dinero compró bonos de la deuda pública en beneficio de su madre y de su hermana, para su sostenimiento, pues había logrado también una pensión o beca de 50 pesos mensuales para estudiar pintura en París.

CRISTOBAL ROJAS EN PARIS:

Julio Santos Michelena, Arturo Michelena, Cristobal Rojas, Carlos Rivero Sanabria y José Manuel Irigoyen Lecuna (o Virgilio Arias) con modelo. París 1885 (Colección Museo Michelena)

     Cristóbal Llega a París a finales de 1883, se inscribe en la Academia de Juliac, bajo la dirección del maestro Jean Paúl Laurens, en marzo de 1884 presenta su primer trabajo “académico” el Mendigo. Por razones diversas no puede concursar el el Salón de 1884, con su primer lienzo parisino, acude sin embargo con una cuadro titulado La Orfandad. El carácter pesimista de Rojas le hace especular sobre las pocas posibilidades de ser escogido entre  9000 cuadros de los mejores del momento, solo podían participar 2500, sin embargo su obra fue escogida por el jurado, con lo cual se  reafirma su calidad y genera mayor auto estima en el pintor.

     Montparnasse, la barriada de París donde vive Cristóbal Rojas era en ese entonces, era la residencia de la gente más pobre de la ciudad, ni se perfilaba en llegar a ser el centro de la bohemia francesa de siglo XX. Los recogedores de trapos y desechos, la miseria reflejada por escritores como Víctor Hugo y Zolá se mezclan también en el espíritu de Cristóbal Rojas y su obra se vea influenciada por una tendencia realista la cual reflejaba las verrugas  de  la  sociedad  parisina,  donde  el  oropel,  el  refinamiento,  la brillantez de un mundo cosmopolita eran su principal atractivo, para ser en ese momento el foco irradiante de la cultura universal.

     Rojas se presenta el El Salón de arte de 1886, con un cuadro titulado La Miseria, el cual estaba inspirado en un hecho real ocurrido a sus vecinos: “un peón italiano, desesperado junto al cadáver de su mujer fallecida, por falta  de  recursos  para  la  compra  de  medicamentos”  Rojas  en  forma magistral hace “un reportaje” gráfico, una crónica de la miseria. El cuadro abre una polémica entre los miembros de Sociedad de Artistas de Francia, Unos consideraban que el cuadro de Cristóbal Rojas no era adecuado para ser incluido en el catálogo, por tener “tendencias subversivas y socialistas”, otros miembros consideraban que el cuadro generaba polémica y daba vida a la exposición y por lo tanto merecía una medalla, al final la polémica de los académicos se tranzó por otorgarle una “ Mención Honorífica”, lo cual generó por parte de las “rosca” artísticas de París cierta ojeriza, por no decir  envidia.  Además  el  Doctor  y  General  Antonio  Guzmán  Blanco, invitado especial a la exposición por Rojas y Michelena, le disgustó mucho que  sus  paisanos  estuviesen  en  París  estudiando  pintura,  pues  el consideraba que lo que hacían era “parrandear”.

CRISTOBAL ROJAS SE QUEDA SIN BECA.

     La vocación autoritaria de nuestros caudillos, en especial aquellos que alcanzaron el poder como el General y Doctor Antonio Guzmán Blanco, les hacía creer que tenían conocimientos en todas materias divinas y humanas. Esta soberbia era siempre alimentada por una corte de adulantes que jamás contradecía las opiniones de Guzmán, aunque estas fuesen absurdas. Si a Guzmán Blanco se le ocurría decir que el color azul era amarillo, siempre tenía un acolito que justificaba cualquier barbaridad. El general siempre tenía la razón o por lo menos siempre encontraba quien se la diera. Así se cometieron  muchas  injusticias,  solo  para  complacer  la  egolatría  y  el narcisismo del Ilustre Americano. En el caso que nos ocupa con relación a nuestro  más  ilustre  pintor:  Cristóbal  Rojas  quien  había  logrado  con esfuerzo, pues había ganado Medalla de plata, ocho mil bolívares y una beca para estudiar pintura en Paris, con la obra: “La muerte de Girardot en Bárbula”.presentada  en  la  Exposición  del  Centenario  del  Libertador. (1.883) Dicha subvención apenas le alcanzaba para su manutención en una ciudad que siempre ha sido cara. Se inscribió en la Academia Julián, bajo la dirección de Jean Paúl Lauren.

     El General Guzmán era un enamorado de Paris y fueron muchos los años que pasó en esa ciudad, siempre dejaba algún encargado de la Presidencia en   Venezuela   y   el   se   auto-nombraba   Embajador y Ministro Plenipotenciario para toda Europa, con enormes sueldos que le permitían llevar una vida de gran noble en unión de su familia. Así logró que sus hijas se casaran con aristócratas franceses. Un día Guzmán tuvo ocasión de hablar con el pintor becado y le manifestó que como era posible que hubiese escogido Paris para estudiar pintura cuando todo el mundo sabía que era Italia, especialmente Florencia el lugar mas indicado para dichos menesteres. Cristóbal Rojas trató de hacerle saber al General Guzmán que las nuevas corrientes de la pintura se estaban desarrollando en París y que Francia tenía novedades muy importantes en el campo de las artes. Esta respuesta de Cristóbal Rojas molestó al General, la consideró una ofensa. Pues  en  su  soberbia  no  podía  aceptar  que  un  pintor  cualquiera  lo contradijera y pretendiera saber más que él en esa la materia. Le escribió al General Joaquín Crespo Presidente en ejercicio y le ordenó que le quitara la  beca  y  así  ocurrió.  También  le  quitaron  la  beca  al  pintor  Arturo Michelena.

     Esta era la forma en que el Ilustre Americano protegía   y fomentaba las artes en Venezuela. Sin embargo, tanto Cristóbal Rojas como Arturo Michelena, resolvieron afrontar la difícil situación que se les presentaba al dejar de recibir sus pensiones de estudio. Rojas dejó durante algún tiempo sus clases de pintura en la Academia y se dedicó a trabajar la pintura por encargo para sobrevivir. Regresa a Venezuela enfermo de tuberculosis y muere muy joven.

CRISTÓBAL ROJAS MUERE A LOS 32 AÑOS:

     Llega a Venezuela, con la tuberculosis muy avanzada, realiza obras de gran proyección de su figura, pero se truncó la carrera de uno de los más grandes pintores, no solo de Venezuela, sino de Latinoamérica, muere en Caracas, el 8  de  noviembre  de  1890:  Albert  Junyent,  estudioso  de  la  obra  de Cristóbal Rojas afirma: “EL DÍA   EN QUE LA HISTORIA GENERAL DEL ARTE MODERNO—QUE TODAVÍA ESTÁ POR HACER—SE ESCRIBA EN  FORMA  SERIA  Y  SOLVENTE,  ES  MUY  PROBABLE QUE LA CRÍTICA SE SIENTA OBLIGADA A RECONOCER EL BAUTIZO, PINTADO POR CRISTOBAL ROJAS EL MÁS FELÍZ DE LOS CUADROS PRODUCIDOS POR LOS PINCELES LATINOAMERICANOS DURANTE EL SIGLO XIX.

HONORES AL PINTOR:

LOS RESTOS DEL PINTOR CUEÑO REPOSAN EN EL PANTEÓN NACIONAL DESDE EL 27 DE DICIEMBRE DE 1958.

     El  9 de agosto de  1958, Radio Caracas Televisión dedica un programa especial al pintor venezolano Cristobal Rojas. En el intervienen el Pbro. Juan Francisco Hernández, el Prof. Santiago Poletto, Director de la Escuela de Artes Plásticas, y el escritor Ramón Armando Rodríguez, Presidente de la Junta Pro-Centenario del Nacimiento del Artista; allí se refirieron con abundancia de comentarios y detalles de la obra pictorica y personalidad del pintor fallecido.

     La Junta Directiva Pro-Centenario organiza en la población de Cúa, Estado Miranda,  El 13  de  diciembre,  salvas,  fuegos  artificiales  y  repique  de campanas como apertura de los festejos, también se inaugura en el comedor escolar una exposición de fotografias de Cristobal Rojas. El día  14 de diciembre se organiza u paseo cívico amenizado por la Banda del Rosario, ademas de fuegoa artificiales, desfiles y develación de un busto del artista, obsequios, conciertos, terneras y retretas en la Plaza Bolivar, ejecutadas por la Banda del Estado, forman parte del programa .

En la Población de Cúa existe desde  1958 El Grupo Escolar Cristóbal Rojas.

La Población de Charallave a partir de 1973, adquiere su autonomía polítoadminstrativa con la denominación de Distrito Cristóbal Rojas, hoy día Municipio Autónomo Cristóbal Rojas.

La Escuela de Artes Plásticas de Caracas lleva el nombre de Cristóbal Rojas.

Notas Bibliográficas:

Angulo Pérez, Adolfo.” 12 GRANDES HIJOS DE CÚA”. Fundación María Teresa Manzo de Angelino. Cúa. 1998.

Semprún, Jesús.”LA PINTURA VENEZOLANA”Boletín Nº1 DE LA UNIÓN PANAMÉRICANA”. Tomado de la Revista Crónica de Caracas Nº 35. Caracas. 1959.

Junyet, Alberto; Otero, Alejandro, Boulton, Alfredo; Da Antonio, Francisco.”CRISTOBAL ROJAS UN PINTOR VENEZOLANO”. Colección Cecilio  Acosta  Nº 14.  Biblioteca  de  Autores  Mirandinos 46.  Los Teques.1991.

TORTA COLONIAL DE HARINA DE MAIZ TOSTADO.

Por: Iván López Calero

(POSTRE PREFERIDO DEL LIBERTADOR)

 

Ingredientes:

5 Topochos Maduros.

1/8 de queso llanero rallado.

1 Taza de Melado de Papelón.

1 Taza de Harina de Maíz Tostado.

1 Cucharada de ralladura de limón verde.

1 Cucharada de canela en polvo.

½ Cucharadita de nuez moscada.

1 Taza de Leche.

3 Huevos.

100 gramos de mantequilla (o margarina)

Bicarbonato de soda (goma blanca, bicarbonato)

 

Preparación:

         Deben pelarse los topochos, los picamos en pedacitos y deben machacarse (o licuarse) con el papelón y los huevos, luego se coloca la mezcla en un recipiente ancho y se le coloca la mantequilla derretida, la ralladura de limón, la canela, la nuez moscada y el queso rallado. La taza de harina de maíz tostado la cernimos con una cucharadita de bicarbonato de soda, la unimos a la mezcla anterior alternando con la taza de leche. Debemos “enmantequillar” un molde para tortas espolvorear con harina (preferiblemente de maíz tostado o de trigo) colocar toda la mezcla y llevar al horno a 350º por una (01) hora.

 

Nota: Postre muy común desde el siglo XVII, en las mesas de Barlovento, Caracas y los Valles del Tuy, esta receta ha sido tomada del LIBRO “Que Fácil Es” Sección Dulcería Criolla, escrito de la Profesora Paula de Ortiz, ediciones del Ministerio de Educación, año 1970